Francisco Blanco Nájera
Nace el 24 de mayo de 1889 en Logroño (España). Hijo de una familia pobre y humilde está acostumbrado desde niño a vivir en estrechez.Empieza sus estudios en el seminario de su ciudad natal “valiéndose de mil fatigas para hacer la carrera”. El 20 de diciembre de 1913 es ordenado sacerdote en Comillas. A partir de esta fecha, comienza su vida infatigable de apóstol. La mayor parte se desarrolla alternando las ciudades de Córdoba y Jaén.
En todos los servicios que presta a la iglesia desde los más diversos puestos, vive siempre de una idea fija: JESUCRISTO. Por Él trabaja, por Él ama, por Él “inventa” nuevas empresas, por Él escribe. Ahí están los jóvenes, los maestros, los niños, las familias, los obreros, los sacerdotes…, a todos llegan las ansias pastorales de Francisco.
En 1944 es consagrado Obispo de Orense. Ahora su actuación se centra en su diócesis. Durante siete años de episcopado va a desarrollar una labor ingente como Padre y Pastor. Su proyecto pastoral abarca los más diversos sectores y para llegar a todos fomenta la catequesis, las visitas y cartas pastorales, construye una Casa de Ejercicios y un nuevo Seminario, funda la Asociación Sacerdotal del Beato Ávila…
En este mismo año de 1944 decide, junto con SOLEDAD DE LA CRUZ, fundar la Congregación de Religiosas Misioneras del Divino Maestro dedicada a la enseñanza de los pobres por el AMOR APASIONADO DE JESUCRISTO. También es fundador de la Asociación de Cooperadores Seglares del Divino Maestro. Muere en su diócesis de Orense (España) el 15 de enero de 1952.
La Familia
“Soy de familia pobre… pude ver las manos encallecidas de mi madre… conozco la pobreza… porque he vivido muchos años abrazado a ella”.
La casa en que nació Francisco está situada en un barrio del Logroño antiguo. Allí vivía el matrimonio formado por Eduardo y Patricia: un hombre y una mujer venidos del campo que se establecen en la capital con un pequeño negocio de bebidas. Como no llega el dinero, ella trabaja de lavandera.
Es un hogar de siete hijos, pero la enfermedad pronto reduce la familia a dos: Patricia y Francisco. Descubre nuevas pobrezas: la orfandad y la soledad; la economía sigue mermando.
Cuando decide entrar en el seminario, él mismo debe trabajar para ayudarse a pagar los estudios y conseguir gratis, al menos, el desayuno y la cena.
Así, a base de tesón y de esfuerzo, pero siempre apoyado por el cariño y la fortaleza de su madre, Francisco llega al sacerdocio.
Sacerdote
“La llegada al sacerdocio es un pórtico abierto a la actividad de perfección religiosa, no una meta de placidez inoperante y cómoda”.
Año 1913. Francisco finaliza sus estudios y es ordenado sacerdote: “Id y enseñad a todas las gentes”. Es significativo que ya entre los símbolos que elige para los recuerdos de su primera misa, aparezca la figura del Divino Maestro de pie, rodeado de apóstoles.
Ahora, como siempre, comenzar esta nueva etapa significa poner todo al servicio de Dios, valiéndose también de sus muchas cualidades naturales.
Francisco se entrega de lleno a sus actividades parroquiales, y todavía le queda tiempo para estudiar.
Hombre intelectual, hombre de Iglesia, hombre seriamente preparado da su primer “salto” de la Rioja a Córdoba. Más adelante Jaén y de nuevo vuelve a Córdoba. En todos estos lugares, desarrolla su actividad alternando sus trabajos como profesor y las responsabilidades que le asignan en esta diócesis.
Francisco, preocupado por todos y por todo, constantemente repetía: “Hay que hacer algo”. ¡Y lo hacia!. Con su palabra, con sus escritos, con sus actuaciones frente a los problemas de la Iglesia y de la sociedad.
Obispo y Fundador
“Soy vuestro padre… buscad en mi solamente una cosa, aquello que lo suple todo y que no tiene compensación posible, el amor, y estad seguros de que no os sentiréis desilusionados, porque vuestro obispo tiene un tesoro de amor para vosotros y no ansía sino derramarlo, a manos llenas, sobre sus hijos”.
“Educar es enseñar a vivir y si el ideal de la vida humana es Cristo, la educación debe tener por fin la imitación de Cristo”.
Córdoba. En el año 1944 es consagrado obispo de Orense. En esta misma ciudad conoce a la escolapia Madre Soledad de la Cruz, y animándose en el mismo ideal fundan la Congregación de Misioneras del Divino Maestro, que abre su primera casa en Baza (Granada) el 10 de marzo de 1945.
Blanco Nájera es un hombre con una clara visión de sus deberes de Padre y Pastor.
Como obispo, su actuación pastoral la centra en Orense: contactos con el pueblo, visitas pastorales, ejercicios espirituales, atención al seminario, a los sacerdotes… su palabra y sus escritos abarcan distintos frentes: la mujer, el obrero, el maestro, el niño…
Su preocupación constante por los pobres y su idea fija de formar hombres al estilo de Jesús Divino Maestro, que a lo largo de su vida tiene diversas manifestaciones, culmina en la fundación de una Congregación Religiosa dedicada a la enseñanza. Esta es la gran ilusión de su vida. Las clases populares estarán debidamente atendidas en el campo educativo, porque la gran originalidad del Obispo-Fundador ha sido encajar su obra en los organismos oficiales del Estado.
Y al lado de las Misioneras del Divino Maestro, la Asociación de Cooperadores Seglares, participando de un mismo origen, una misma espiritualidad y una misma actividad apostólica.
Un Hombre para los Hombres de Hoy
“Mi vida entera, si no es para tu mayor honra y gloria y para la santificación de mis hermanos ¿para qué la quiero?”.
Francisco Blanco Nájera, es hijo de familia pobre, el seminarista pobre, el sacerdote ilusionado y entregado, el Obispo y Fundador que basó todo su apostolado en el amor, vive hoy en el recuerdo y el corazón de la sociedad y de la Iglesia, como un hombre para los hombres de hoy.
Infinidad de escritos, gestos, hechos… todo un talante, toda una vida de entrega... Fue un regalo maravilloso de Dios al Mundo que hoy sigue vivo en el espíritu de una Familia Religiosa, que al estilo de su Fundador basa su acción educativa en la sencillez de la entrega a los niños y jóvenes. Y pretende llevar “el fuego y el amor del Divino Maestro a la mente y al corazón de los hombres”.
Francisco, un hombre fiel a Dios y sensible a las necesidades de su tiempo, se nos presenta como modelo. Y al profundizar en su misterio personal podemos hacernos muchas preguntas. Pero hoy será suficiente nuestra acción de gracias por su vida fecunda, por su encendido amor a Jesucristo y a los pobres.
Soledad Rodríguez Pérez
Nace en Zamora el día 1 de febrero de 1904. Crece al calor del amor de sus padres Manuel y Paula. Soledad es una niña, sencilla, estudiosa, alegre, delicada… A los 16 años siente el deseo de ser Religiosa y no duda en dar este paso, ingresa con las RR. Escolapias. En 1941 conoce a Francisco Blanco Nájera, un tiempo después le propone: Padre, ¿por qué no hacemos una fundación para niños pobres? El día 7 de Diciembre de 1944 este sueño se hace realidad. Muere en Madrid el 28 de Noviembre de 1965.
Datos Biográficos
Soledad Rodríguez Pérez, nace en Zamora el día 1 de febrero de 1904. Es la novena de diez hermanos, en el hogar de Manuel y Paula. Es feliz, en su familia la llamarán “Solita”. Es feliz con sus padres y sus hermanos, aunque D. Manuel tiene que pasar largas temporadas fuera de casa. Es destinado a Sevilla, con el cargo de Jefe de Telégrafos.
Tiene Solita 5 años cuando recibe el primer golpe de dolor. Muere su padre. Paula y sus hermanos abandonan Zamora y se van a Madrid, ciudad amplia, cosmopolita, diferente y se instalan en la calle Torrijos nº 20, un entresuelo. Baja la economía, se nota mucho la falta de padre. Hay que buscar nuevas soluciones. Y la niña va interna al Colegio de las Huérfanas de la Beata María Ana de Jesús. En este Colegio recibe la Primera Comunión el día de la Inmaculada en el año 1914.
Rasgos de su persona
La niña, la adolescente y la joven con la que nos encontramos en estos primeros decenios del siglo es amplia y sencilla como la tierra que la vio nacer. Posee una educación no rebuscada pero exquisita. Un carácter sensible y delicado. Es afable, obediente, piadosa, sincera. Y cuando estudia, estudia bien.
Sabía escuchar, captaba las ideas de las cosas y sobre todo lo que había dentro de cada persona, y al acercarse a ella todos sentían y tenían la seguridad de saberse acogido y comprendido. ¡Tenía mucho don de gentes! Sonrisa habitual, serenidad, cariño expresado de múltiples maneras… Toda su persona era expresión de gran delicadeza y paz, de una enorme grandeza de corazón. ¡La quería el colegio entero! La querían las familias y las niñas. Sobre todo la querían íntimamente sus hermanas. Y es que Madre Soledad es un “sol”.
Vocación
Es una joven feliz en una familia que tiene que luchar por la subsistencia diaria. Ya han pasado los años de las “vacas gordas”. Todos la quieren, pero su corazón inquieto no se acomoda. ¿Qué hacer?
Ingresa en las RR. Escolapias a los 16 años. Ya novicia, tomó hábito el 12-09-22. Sale del convento por motivos de enfermedad. Regresa, restablecida, haciendo el 12-09-26 su Profesión Temporal y 3 años más tarde, su consagración definitiva a Dios en la Sierra de Córdoba.
Su misión estaba por aquel entonces en el Colegio de Santa Victoria, Córdoba. En la clase de párvulas o con niñas mayores, todos los que la trataban la querían de verdad y todos coincidían en lo mismo: “da gusto estar con Madre Soledad”.
Sus clases eran una delicia, era creativa. Buscaba y ponía a disposición de las alumnas nuevos métodos y recursos pedagógicos que influían positivamente en su desarrollo integral, Sus puertas están abiertas porque ella vislumbra, que entre todos es más fácil la labor educativa. Era una enamorada de su vocación y profesión.
Fundadora
Se dirige espiritualmente con el Señor Deán de la S.I.C. de Córdoba, Don Francisco Blanco Nájera, coincidiendo ambos en la idea de fundar una Congregación de Religiosas educadoras, dedicadas exclusivamente a los pobres.
En la Nochebuena de 1941, M. Soledad presenta su proyecto de fundación a Don Francisco. El 12-11-44, el Dr. Blanco Nájera es Consagrado Obispo para la Diócesis de Orense. Circunstancias imprevistas, pero providenciales, adelantan el comienzo de la nueva Obra. El 07-12-44, en la Vigilia de la Inmaculada, salen de las RR. Escolapias M. Soledad y M. Inés, dando así comienzo a la Congregación de Misioneras de Divino Maestro.
Misión
El 10-03-45, M. Soledad, M Inés y M. Amalia abren en Baza (Granada) la primera Casa con el apoyo y acogida de Mons. Álvarez Lara, Obispo de Guadix.
Pronto se reúnen con la primeras Misioneras, un gran número de jóvenes que desean seguir sus pasos. Tienen urgencia por hacer realidad el Mandato de Jesús Maestro “Id y enseñad”, sienten, el fuego de su Palabra “Los pobres son evangelizados”. Porque su afán es dar a conocer a Jesucristo en los ambientes más pobres, siendo otros Cristos, desde el “Aprended de mi”.
La Primera Profesión Perpetua tiene lugar en Orense el 11-02-48, presidida por D. Francisco Blanco Nájera. La pronta y santa muerte de éste, el 15-01-52, pone a prueba el temple de fe de M. Soledad y el 25-05-52, la vemos partir para Venezuela con la primera expedición de Misioneras del Divino Maestro. Su celo misionero la impulsa a establecer varios puestos de Misión en el Congo (1958). También abre una Casa en Francia y otra en Alemania. En 1962 funda Bucaramanga (Colombia). Su salud, siempre precaria, quiebra definitivamente, a poco de su reelección como Superiora General el 15-01-65, y después de largos meses de sufrimiento paciente, el Señor la llama el 28-11-65. Sus restos descansan en la Casa Noviciado de Orense, que ella había inaugurado el 15-08-64, y donde, desde el 11-02-64, descansan también los restos del Padre Fundador.