ACUERDOS DE CONVIVENCIA
La
Unidad Educativa “Santa María Goretti”, como obra
de la Congregación de Misioneras del Divino Maestro, como obra de la
Congregación de Misioneras del Divino Maestro, solícito en el mejor cumplimiento de su
Proyecto Educativo y de los objetivos establecidos en su Misión, presenta los
siguientes Acuerdos de Convivencia Escolar y Comunitaria, documento
que tiene como finalidad coordinar y regular la actuación de su comunidad
educativa en las diversas manifestaciones y ambientes propios de las relaciones
escolares.
La formación que deseamos impartir en la Institución no se limita
únicamente a las exigencias académicas de un plantel educativo que aspira la
excelencia, sino que encuentra sentido y base en los valores cristianos. En
consecuencia, estos acuerdos y procedimientos son expresión concreta del
espíritu y la pedagogía educativa de Francisco Blanco Nájera, Fundador de las
Misioneras del Divino Maestro.
Por medio de estos Acuerdos de Convivencia Escolar y Comunitaria se
busca favorecer la plena realización del educando como persona integral y
encaminada hacia la búsqueda del bien
común, cuyo ideal promueve un sano crecimiento y una convivencia solidaria
dentro del plantel. Sólo así, se puede garantizar el desarrollo de las
potencialidades, capacidades y cualidades propias de cada individuo, partiendo
de un principio de igualdad e integración.
El énfasis reside, entonces, en estimular las conductas necesarias
para el logro de nuestra Misión, con preferencia siempre hacia la actitud
formativa por encima de la opción punitiva. Por eso, el conocimiento y
aplicación de los Acuerdos de Convivencia Escolar y Comunitaria debe llegar a
hacerse connatural, sin que se requieran esfuerzos especiales o adicionales
para ello. La meta común para todos es la formación de personas libres y
responsables.
En consecuencia a quienes corresponda su aplicación y control, se
encomienda gestionar una tarea esencialmente pedagógica en su doble función:
formativa y correctiva, de orientación y control. En otras palabras, las
llamadas de atención, los avisos, los recordatorios, las amonestaciones y
sanciones han de ser oportunidades de diálogo, comunicación y formación. La
norma entendida y compartida proporciona la base para el juicio moral común y,
genera en los miembros de la comunidad el sentido de pertenencia al grupo y de
identificación de la persona con la institución.
Pero, como la disciplina es un valor que surge de la actitud personal
del respeto a las normas, para que ellas funcionen es indispensable la
coherencia entre los valores que se promueven en la familia y los que se
impulsan en la Institución. En el contexto específico de la Unidad
Educativa “Santa María Goretti” esta formación se fundamenta en una
educación que estimula el desarrollo de valores evangélicos: justicia, verdad,
libertad responsable, sentido de pertenencia, solidaridad, sentido crítico para
la construcción de una sociedad más justa y fraterna. Así pues, los
estudiantes, padres, madres, representantes, responsables y corresponsables,
personal docente, administrativo y obrero del Plantel lo asumen como compromiso
desde el primer momento en que se integran a la familia Santa María Goretti.
En cuanto a los estudiantes de la Institución, éstos deben considerar
la autodisciplina como una de sus metas principales. De ellos se espera un
comportamiento vinculado con la filosofía y con las normas de la Institución,
tanto en los ámbitos de la misma como fuera de ella. El respeto a los demás no
es limitado ni limitante, sino potestativo de toda actuación de las relaciones
humanas. Por eso todos los miembros del
Plantel, no solamente deben conocer los Acuerdos de Convivencia Escolar y
Comunitaria, sino también comprender las razones implícitas de ellos,
aceptarlos y hacerse responsables y corresponsables de su cumplimiento.
Entendemos la disciplina escolar como un elemento indispensable para:
ð
Fomentar, estimar y respetar la
dignidad de la persona humana.
ð
Asumir el compromiso cristiano de servicio a los demás en justicia,
honestidad y solidaridad.
La disciplina escolar, en su dimensión presente, está íntimamente
ligada a la actividad del proceso enseñanza-aprendizaje. Metodología de
trabajo, sistemas de evaluación y motivación para el trabajo.
Se considera que un educando es auto disciplinado cuando:
ð Da una respuesta
coherente a la formación humano-cristiana que la Institución trata de suscitar
en él, como individuo y como ente social.
ð Es capaz de desenvolver
en todos los órdenes de su vida por propia convicción.
ð Sabe establecer la
relación entre la libertad que se otorga, el compromiso y obligación que ésta
genera.
ð Responde con justicia a
las oportunidades y recursos de los cuales dispone.
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